mercredi 2 janvier 2013

Vacaciones de verano en el frio de Normandía


Por fin llegué en el frio del invierno francés. Que bueno de poner un montón de ropa antes de salir afuera (guantes, bufanda, pantimedias, toooodo). Sin embargo, tuve problemas desde mi primera hora en Paris: el avión aterrizo con retraso, perdí el colectivo para ir a la estación de trenes del centro, entonces llegué dos minutos justo antes la salida de mi tren así que salté dentro y no tuve el tiempo de comprar mi boleto… El interventor me vio y me pregunto de pagar una multa… pero estaba tan enojada que empecé a sollozar un poquiiiiiito. El hombre, emocionado por mi desamparo, me dijo: “Voy a volver en un ratito, y vamos a arreglar tu situación”, pero nunca volvió! A veces, que buenas son las lagrimas jaja.
Sin sorpresa, lo mejor de volver en casa fue de comer de nuevo comida francesa, y para eso no hay mejor época que la Navidad. Por supuesto, me engordé un montón pero valía la pena: no me arrepiento de todo lo que comí en tan poco tiempo, que sea salmón, chocolate, foie gras, castañas,  caracoles, etc. Igual, fue muy raro de ver casi la totalidad de mi familia en la misma noche. A todos les gustaron los regalos que compré en Argentina: dulce de leche, alfajores Havanna, poncho, juana.

Mi hermana mayor Marion y su hijo Maël =)


Estuve re feliz de jugar un poco con mi sobrino Maël quien ahora tiene los ojos azules como perlas.  Sentí algo muy extraño cuando hablé con mi familia, como si el tiempo hubiese parado para ellos mientras que habría acelerado por mi lado. Cinco meses en Argentina fueron como anos en Francia al nivel de los acontecimientos.
Además, hice el ano nuevo con mis amigos de Bayeux, la ciudad donde yo crecí. Que buena onda encontrarlos después de cinco meses y de hacer una buena fiesta como antes. Todos venimos de distintas ciudades de Francia, y solo nos vemos cuando estamos todos de vacaciones al mismo tiempo. La Navidad es uno de esos escasos momentos.

Todos mis amigos reee felices con sus gorros que compré en Bolivia^^

 Vine con mi botella de Fernet (yo aparto la cachaça para ocasiones mas especiales), otro amigo con una botella de Stroh (un alcohol reee fuerte de Austria que normalmente no se puede beber puro) e hicieron un juego de acorazado con vasos chicos de shot. Todo se acabó bien, pero debo reconocer que una joda sin Nene Malo ni nada de cumbia no es lo mismo… ^^

Me di cuenta de que Argentina ha cambiado algunas cosas cuanto a mi comportamiento. Por ejemplo, ahora suelo hacer solo un bezo para saludar a la gente. Eso es muy maleducado en Francia, donde la gente suele hacer cuatro besos (de acuerdo, eso no tiene ningún sentido a mi parecer tampoco). Igual, puedo esperar mucho tiempo en las tiendas sin enojarme. Antes, como la mayoría de los franceses, me molestaba muchísimo. Y también, debo confesar, ahora puedo tomar un poco mas que los otros sin estar cruda jaja.

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