Por fin llegué en el frio del invierno francés.
Que bueno de poner un montón de ropa antes de salir afuera (guantes, bufanda, pantimedias,
toooodo). Sin embargo, tuve problemas desde mi primera hora en Paris: el avión aterrizo
con retraso, perdí el colectivo para ir a la estación de trenes del centro,
entonces llegué dos minutos justo antes la salida de mi tren así que salté
dentro y no tuve el tiempo de comprar mi boleto… El interventor me vio y me pregunto
de pagar una multa… pero estaba tan enojada que empecé a sollozar un
poquiiiiiito. El hombre, emocionado por mi desamparo, me dijo: “Voy a volver en
un ratito, y vamos a arreglar tu situación”, pero nunca volvió! A veces, que
buenas son las lagrimas jaja.
Sin sorpresa, lo mejor de volver en casa
fue de comer de nuevo comida francesa, y para eso no hay mejor época que la
Navidad. Por supuesto, me engordé un montón pero valía la pena: no me
arrepiento de todo lo que comí en tan poco tiempo, que sea salmón, chocolate, foie
gras, castañas, caracoles, etc. Igual,
fue muy raro de ver casi la totalidad de mi familia en la misma noche. A todos
les gustaron los regalos que compré en Argentina: dulce de leche, alfajores
Havanna, poncho, juana.
Mi hermana mayor Marion y su hijo Maël =) |
Estuve re feliz de jugar un poco con mi
sobrino Maël quien ahora tiene los ojos azules como perlas. Sentí algo muy extraño cuando hablé con mi
familia, como si el tiempo hubiese parado para ellos mientras que habría acelerado
por mi lado. Cinco meses en Argentina fueron como anos en Francia al nivel de
los acontecimientos.
Además, hice el ano nuevo con mis amigos
de Bayeux, la ciudad donde yo crecí. Que buena onda encontrarlos después de
cinco meses y de hacer una buena fiesta como antes. Todos venimos de distintas
ciudades de Francia, y solo nos vemos cuando estamos todos de vacaciones al
mismo tiempo. La Navidad es uno de esos escasos momentos.
Todos mis amigos reee felices con sus gorros que compré en Bolivia^^ |
Vine con mi botella
de Fernet (yo aparto la cachaça para ocasiones mas especiales), otro amigo con una
botella de Stroh (un alcohol reee fuerte de Austria que normalmente no se puede beber puro) e hicieron un juego de
acorazado con vasos chicos de shot. Todo se acabó bien, pero debo reconocer que
una joda sin Nene Malo ni nada de cumbia no es lo mismo… ^^
Me
di cuenta de que Argentina ha cambiado algunas cosas cuanto a mi comportamiento. Por
ejemplo, ahora suelo hacer solo un bezo para saludar a la gente. Eso es muy
maleducado en Francia, donde la gente suele hacer cuatro besos (de acuerdo, eso no tiene ningún sentido a mi parecer
tampoco). Igual, puedo esperar mucho tiempo en las tiendas sin enojarme. Antes,
como la mayoría de los franceses, me molestaba muchísimo. Y también, debo
confesar, ahora puedo tomar un poco mas que los otros sin estar cruda jaja.
En frances pour favor!
RépondreSupprimergoogle trad es tu amigo !
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